Higienización y desinfección de la zona.
Eliminación del espículo ungueal o fragmento que provoca la lesión, utilizando instrumental estéril, garantizando que el borde afectado no vuelva a incrustarse.
En caso de infección activa, drenaje y desbridamiento del tejido afectado si es necesario.
Aplicación de antiséptico tópico tras la intervención.
En casos reincidentes o severos, se podrá considerar:
Técnicas ortopodológicas (férulas, correctores, reeducación ungueal).
Cirugía ungueal parcial o matricectomía (química o quirúrgica) para evitar nuevas incrustaciones.
Derivación al médico tratante si existe infección sistémica o se requiere antibioterapia.